Aprende a utilizar y dosificar tu talento, poniendo las fortalezas a tu favor en el momento preciso y en la dosis oportuna. Verás que lo que tú llamas defectos habla de las ocasiones en que pones en juego tus fortalezas de manera inadecuada.
Porque es precisamente cuando abusa o la utilizas en exceso, cuando tú mismo lo conviertes en ese defecto que tantos dolores de cabeza te genera.