Emociones y creencias que te cuidan

13/04/2020

Para poder convivir con esta etapa de confinamiento con equilibrio y madurez, disponemos de una creencia que nos puede ser muy útil:

“TODO VA A SALIR BIEN, SIN EMBARGO, NADA SERÁ IGUAL”

Ha quedado atrás la etapa inicial en la que pusimos en marcha nuestros mecanismos de defensa psicológicos y nos protegíamos del sufrimiento excesivo con la creencia de “a mí no me va a ocurrir nada”.  Así fue como mantuvimos nuestra vida cotidiana con el autoengaño de que los peligros solo afectarían a los demás.

En estos momentos, la crisis del coronavirus ya nos ha afectado a todos directa o indirectamente. De una forma u otra, nos sentimos tristes, enfadados o con miedo, o los tres sentimientos a la vez. No sólo nosotros, todo el planeta está revuelto emocionalmente:

  • Tenemos miedo a perder lo que dábamos por sentado y a que no se cumplan nuestras expectativas y planes de futuro.
  • Estamos enfadados porque las cosas no son como creemos que tendrían que ser. Y le continuamos pidiendo a la vida que nos dé, lo que ya no nos puede dar.
  • Estamos tristes porque ya hemos tenido pérdidas valiosas para nosotros, sean de personas, proyectos, planes, bienes materiales, …

Nos preguntamos: Tal como están la cosas ¿Será posible ser feliz? 

Con demasiada frecuencia se continúa relacionando la felicidad únicamente con la emoción de la ALEGRÍA. Pero esta emoción no nos resulta suficiente, para afrontar esta situación con equilibrio y madurez.

Es cierto que necesitamos creer que “todo va a salir bien”. Esta creencia nos da la energía necesaria para mantenernos a flote. Nos conecta con los sentimientos relacionados con la alegría: optimismo, entusiasmo, humor, risas y sonrisas.

Por lo tanto, “todo va a salir bien”, sin embargo, “todos vamos a tener pérdidas”. La felicidad es también, la capacidad de poner AMOR, TERNURA y, sobretodo, ACEPTACIÓN de las circunstancias que nos toca vivir. Realidad con la que tendremos que aprender a CONVIVIR, aunque no podamos reir ni alegrarnos por ello.

Aceptación de que no controlamos todo, o seguramente prácticamente nada. Aceptación de que no necesitamos tantas cosas como creíamos. Aceptación de que, a pesar de todo, tenemos el poder para vivir con equilibrio, calma y serenidad.

¿Estar feliz significa que todo va a ser fácil, que todo irá bien y todo será estupendo? No. Eso sería negar la evidencia de los hechos.

  • “Todo saldrá bien”, porque mantienes tu confianza en el futuro y crees que serás capaz de enfrentar los retos, que ahora son inciertos.
  • Pero también es imprescindible mantenerte en equilibrio en este presente, con tu mascarilla emocional puesta y cuidando de ti mismo. Igual que te pones crema hidratante, igual que te duchas, igual que te abrigas, igual que proteges tu cuerpo, también debes protegerte de las emociones que entran del exterior o que tu mismo te generas y aspiras hacia tu interior.

 

¿Qué significa que tienes el poder para utilizar tu mascarilla emocional?

Las emociones viven y se transforman desde la respiración. Te puedes ayudar a ti mismo a conseguir este equilibrio, con tu mascarilla emocional que protegerá tu boca y tu nariz, tal como lo hacen las mascarillas que te protegen del coronavirus. Esta crisis nos recuerda también que estábamos viviendo en una constante intoxicación emocional.

El amor, la ternura, la calma, la serenidad, la tranquilidad, respiran por la nariz y mantienen la boca cerrada. La nariz es la encargada de filtrar el aire que llega del exterior, te ayuda a centrarte en ti y a dar un mensaje a tu cuerpo que todo va bien.  Respirar por la nariz ayuda a activar la emoción del AMOR.

Puedes comparar el comportamiento de la ansiedad como el de una aspiradora. El miedo y la ansiedad respiran (ASPIRAN) con la boca abierta y sin ningún filtro, en lugar de inspirar y expirar.

Aprende a calmarte a ti mismo. Cuando te duches, hazlo por dentro y por fuera. Elimina los riesgos de virus de tu exterior y disuelve el sufrimiento de tu interior, mientras tomas consciencia de tu respiración.

Abre la boca solo para reírte. Y si la abres para hablar, que sea para decir: te quiero, vale la pena, gracias, calma, todo va a salir bien, …

Cuando te quejas, enfadas, lamentas y victimizas, estas intoxicando a los demás y también te intoxicas a ti mismo.

Cuídate mucho y  recuerda que tu mascarilla emocional es EL AMOR, que se muestra en forma de ternura, de calma, tranquilidad, fluidez y confianza. El amor también es la SOLIDARIDAD, que mantienes trabajando, sea en tu puesto de trabajo o desde casa. La solidaridad también es dejar de intoxicarte a ti mismo y a los demás con tus quejas, enfados, lamentos y victimismo.

Respira por la nariz. Y dile a tu cuerpo que todo va a ir bien y que si no va tan bien tu continuaras respirando y aceptando los retos que la vida te ofrece.

©Joana Frigolé